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EL DESEO Y LA CONSTRUCCION DE LA SEXUALIDAD

Podemos decir que el deseo es ese motor que se alimenta en lo nuevo, se acelera ante lo desconocido, y se entusiasma por capturar el misterio. Deseo que se mantiene vivo en esa marcha incesante y siempre renovada hacia algo más.

El juego vincular entre deseo, erotismo, sensualidad y sexualidad, siempre despierta curiosidad, ansiedad y fascinación. Son esas charlas y lecturas que nos deleitan, nos asombran y nos atraen. Y es que todos tenemos algo que decir y opinar. Una anécdota divertida o no tanto. Una duda. Un chiste o comentario en las reuniones.

Lo contemos o no, esos temas no son “lo que le pasa al vecino”, eso nos pasa a todos por que el sexo nos sucede a todos.

El formato y molde de nuestro deseo esta influenciado por los medios, la escuela, las revistas y las películas, la calle y los amigos, pero su origen esta enraizado mucho antes, en nuestra familia, aquellos con quienes crecimos, aquellos que nos amaron y en cómo nos amaron. Es con la familia y siendo niños donde aprendemos a amar y donde se sentaran las bases de nuestros amores de adulto.

En el consultorio vamos escuchando escena a escena el transcurrir de esa historia, como surgieron y se fueron nutriendo las experiencias que signan la vida de quien esta ante nosotros. Podemos ver pequeños trozos de como se fue construyendo una forma de ser, de pensar, de ejercer, de vivir y sentir el mundo de las emociones, el placer y la sexualidad.

Luego todo  el repertorio de experiencias vividas…. TODAS, desde la mas bella hasta la mas traumática, y las vivencias de los que influyeron en nosotros, sus mitos, creencias, falsas verdades, temores, dificultades que fueron superadas y otras que no, expectativas, y la forma de vivir el propio placer y la sexualidad,  impacta y determina el como y de que manera se concibió y se ejerce cada uno como un ser sexuado.

Desde ahí, desde temprano, fuimos creciendo y aprendiendo a sentir, a querer, a comunicarnos. Entonces, como sentimos y que tenemos permitido sentir? Que podemos decir y que debemos callar; podemos expresar nuestras emociones? a quien? nos enseñaron a sentir placer, a disfrutar? Podemos confiar en el otro y estar tranquilos? Nos esperaron? Nos descuidaron? Nos abandonaron? Nos mimaron? Ahí en nuestra familia y sus alrededores aprendimos qué es correcto y que no, que relación tenemos con nuestra imagen y nuestro cuerpo, quien ser y como no se debe ser, donde cuando y como expresarnos. Y el sexo, el placer, las fantasías? ¿Qué está bien y qué está mal?

Surge ese espacio entre lo que queremos y podemos, entre lo que deseamos y nos permitimos, esas ganas que quedan atascadas, ese me encantaría pero esta mal, ese me gusta pero como se lo voy a decir?, ese no me gusta pero no se lo puedo contar, el “que le contesto”? “que le digo”? “como hago”?, nos hace peregrinar lentamente de la euforia al enojo, del entusiasmo a la tristeza, de las ganas a la impotencia. A veces con todo eso, el consultorio desborda de palabras, emociones e interrogantes, duda, miedo, angustia, frustración, desconcierto, enojo, tristeza y tantas mas, aparecen justo ahí para poder trabajar eso “de lo que no se habla” “eso que nos desconcierta” “eso que no podemos manejar” eso que cuando no hay interferencias puede llevarnos a otro escalón, el de las palabras, emociones e interrogantes, pero que dejan alegría, bienestar, tranquilidad, seguridad, certezas y goce.

Hablar de caminos y claves es difícil con poco tiempo y espacio pero sin dudas la libertad para expresarse, la libertad que puede sentirse ante un compañero que nos otorgue con la tolerancia y el respeto que nuestra intimidad requiere, y la libertad de haber accedido al conocimiento y la información clara y precisa, forman el sendero por el cual podemos proyectarnos hacia el placer. Podemos desplegar nuestro mapa, esa forma única e irrepetible que somos y que hace que a todos nos gusten y nos exciten formas, ritmos, imágenes, posturas, gestos, caricias, palabras y silencios diferentes. Por eso ninguna pareja es igual en la intimidad, ni existe forma de ser buenos o malos amantes todo consiste en que le gusta a cada uno en lo mas profundo de su deseo. Explorar, descubrir y saber transmitir ese código, el propio y el de la pareja, es la parte dificultosa y divertida del camino.  La incertidumbre nos acompaña a lo largo de la vida y nos grita en todos los tonos y se tiñe de todos los colores interpelándonos a cada paso…. Le gustare? Me querrá? Podré? Así podemos llegar a ser un compendio de todos los tabúes, dudas y ansiedades, de todas las restricciones familiares y culturales que absorbimos, y que nos complicaran a la hora de sentirnos plenas y expresarnos en los aspectos mas desdibujados de la intimidad, entrega, satisfacción, y sensualidad.

No te pierdas en estadísticas y números fríos, cuantificar la sexualidad solo sirve para hacer comparaciones y ver si estamos a la altura de las circunstancias. Algo de lo más importante es cultivar el yo individual, por que para ser dos primero tenemos que ser uno y propiciar un buen estado físico, emocional y espiritual, ese un buen punto de partida. Una manera de lidiar con mitos y tabúes es tener información validada. Los que trabajamos ensexualidad sabemos que el conocimiento y la información son fundamentales para el desarrollo y el ejercicio placentero de la sexualidad, y que no solo debe ser atendida y entendida desde las dificultades o las disfunciones sino como esa área intima y placentera que puede ser expandida, enriquecida y que esta de principio al final de nuestra vidas en permanente descubrimiento.

Lic. VIVIANA CARUSO